No sé si exactamente es lo que me piden pero creo que es la experiencia profesional más angustiosa que he tenido que afrontar, sabiendo que no logré lo que quería ni lo propuesto.
En Octubre comencé a trabajar en un centro de Madrid, con altas dificultades dado los problemas que el alumnado presentaba, la mayoría con un alto riesgo de exclusión social.
Un día, creo que sólo llevaba en el centro dos o tres semanas, en la hora del patio estábamos todos los profesores en la sala y vi como una alumna llevaba a cuestas a otra que no podía ni andar. Alarmada fui a ver que pasaba, la senté en una silla y la entramos en dirección. Según nos explicaron la niña estaba padeciendo un ataque de pánico. Intente ser útil, ayudar en todo lo que pude pero carecía del conocimiento necesario tanto para controlar la situación como para tranquilizarla. Se la llevo la ambulancia y dos semanas después en un cambio de clase la misma alumna por defender a otra le rompió la nariz a un chico. Y yo me la encontré otra vez con un estado de ansiedad realmente alarmarte.
El asunto era muy grave por lo que por parte de la dirección del centro se me pidió que siendo la única profesora que participó y vio estos dos episodios, iniciase una investigación. Descubrí que esta alumna en la primera crisis fue abandonada por su familia y en la otra entró en un centro tutelado. Intenté por todos los medios que el centro no la expulsará que se tuviesen en consideración estos condicionantes pero no fue así, por votación la niña fue expulsada del centro con 12 años. Al igual que la abandonaron sus padres.
El día que se le comunicó la decisión intenté hablar con ella y ofrecerle toda mi ayuda y con una madurez y resignación mucho alucinante me abrazo y me dijo " todo saldrá bien profe, no te preocupes por mí". Nunca me perdonaré no haber hecho más por ella.
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