jueves, 21 de abril de 2016

Utopos

 ¿Qué es la utopía? “abrir el campo de lo posible más allá de lo real, al ser el nowhere desde el que cuestionar el orden vigente” . Dadas las críticas y las consideraciones que respecto a la “utopía” se han ido elaborando hasta nuestros días, sabemos que toda integración a una determinada sociedad implica necesariamente la subversión social, por lo que la relación entre la utopía y la ideología se da necesariamente en un punto central; la autoridad. Las dos se encuentran, en la mayoría de sus reflexiones, frente a la autoridad pero su modo de proceder respecto a ella no es el mismo, ya que, por un lado, la ideología pretenderá legitimarlo y la utopía propondrá alternativas. Por otro lado, destacamos la actitud de evasión que frente a esta autoridad mantiene la utopía, es decir, frente a la lógica del todo o nada imperante en la ideología, la utopía mantendrá una respuesta de evasión, con la que se plasmará su crítica. Como también analizaremos al final de dicho trabajo, en todo momento se pretenderá que esta crítica no sea caricaturizada, principal enemigo de la misma. Si esto aconteciese sus voces volverán a ser silenciadas, sus rostros borrados y su mundo ignorado. (Gómez, Carlos. “La Utopía entre la ética y la política: reconsideración”). Hoy nuestros locos, necios, desacoplados necesitan respirar de dicho mundo utópico, es decir, necesitamos vernos reflejados en este mundo gracias al cual nos vemos en un no-lugar, nos volvemos ausentes y nos descubrimos y aunque nos parezca raro o no lógico, es gracias a este mundo mediante el cual seguimos siendo parte del mundo real, ya que es nuestro mundo utópico el que nos enseña hacia donde debemos andar. En esta parte inicial de la introducción quisiera presentarles mi trabajo de investigación. El propósito del mismo viene delimitado por tres puntos u objetivos. Los cuales fueron surgiendo a medida que se desarrollaba la investigación abordada en el mismo. El primero de ellos es la preocupación que me produce nuestra sociedad, cada vez más confusa, parada y sin sentido. La cual se manifiesta ante mí como un cúmulo de problemas y de cuestiones a resolver. El segundo objetivo es precisamente el pensamiento de Foucault respecto a dicha sociedad, generador de unas herramientas a partir de las cuales poder entender y analizar dichos problemas sociales. Tuve mi primer encuentro con él en tercero de carrera y he de confesar que fue tal el caos que me provocó, que el renacer o transformarme supuso para mí la única salida posible a la problematicidad o cuestionamiento que en mí causó. Renací, pero no cesó el respeto y vértigo que sus obras me provocaron en ese primer momento. Vértigo que sigo teniendo cada vez que leo una de sus obras. En tercer lugar, la situación social, económica y política en la que me encuentro, como muchos otros. Es en este desconcierto general y social que padecemos donde La Historia de la Locura se nos muestra como la salida más razonable. Estos tres vértices serán los que, sin pretenderlo inicialmente, han marcado y configurado el trabajo que hoy les presento. Es decir, el pretender establecer una reflexión de nuestro acontecer a partir de las herramientas que la obra de Foucault nos aporta, otorgándonos, de un modo individual y/o colectivo, dependiendo de las pretensiones que se depositen en este trabajo, una auto-comprensión de nuestra sociedad y de nosotros mismos. (...)
Quisiera citar unas palabras del poeta Fernando Pessoa que describen lo que les estoy pretendiendo explicar: “Bien sé que estoy enloqueciendo, Bien sé que falla en mí lo que soy, Más, mientras no me voy rindiendo, Quiero saber por dónde voy”35 . Sólo bajo tales condiciones de posibilidad trascendental, de poder ser otro, - recordemos la experiencia fundamental de Foucault relacionada con la experiencia del sueño-, entiendo el acto de escribir, es decir, como un acto a partir del cual se introduce en la realidad un instrumento de combate, una táctica o incluso un medio de negación del orden establecido e impuesto. De ahí se sigue la necesidad de mostrar a la sociedad las ventajas que supone pensar la locura. Como señala David Macey, “para Foucault los filósofos son aquellas personas que están lo suficientemente locos como para estudiar la razón” ”36; por lo tanto, ¿por qué no ser razonable y estudiar la locura? Que seamos conscientes de nuestros límites, no debe paralizarnos, sino que debe hacer nacer en nosotros la necesidad de transgredirlos, al menos la posibilidad para ello. Entendiendo el acto de estudiar la locura como una autoafirmación del ser ilimitado. (...)
Frente a ello, hemos pretendido mostrar la obra de Foucault como él pretendió que fuese entendida, como una herramienta para juzgar el presente, para mostrar la relatividad de los conceptos de los que hoy somos víctimas, pero sin quedarnos, por ello, paralizados. Son sus herramientas las que nos pueden ayudar a comprender y completar actos de negatividad, tan importantes como el 15-M, que hoy están aconteciendo. Sin pretender definirlos ni establecer inútiles generalizaciones, los abordamos con las obras de autores como Foucault se negaron a ser iguales y lucharon por poder ser diferentes. Entendiendo esta diferencia como un acto mediante el cual estos sujetos pretenden trascender y darse ellos mismos las condiciones de posibilidad de un futuro. Es este acto de dignidad frente al poder el que los lleva a poder ver un mundo y futuro posibilitador y no opresor, es decir, el que les devuelve la capacidad de imaginarse más allá de las limitaciones sociales que padecen. Sin esta capacidad de imaginarse, de vivir experiencias fundamentales, de ser otro, de soñar, el sujeto muere. Hoy la sociedad está cambiando principalmente porque se ha dado cuenta de que necesita trascenderse. La filosofía debe acompañar al sujeto en la comprensión de esta ansia fundamental por poder transformar lo que hoy nos oprime, es ella la que debe ayudarle para que no cese, para que no se sienta excluido o marginado y su lucha no sea olvidada ni silenciada.

http://e-spacio.uned.es/fez/eserv/bibliuned:masterFilosofiaHistoria-Pforner/Documento.pdf

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